Piénsalo por un momento: ¿qué pasaría si no llegara a trabajar un parrillero de McDonald´s?, ¿y si no llegara a trabajar el cajero?, bueno, qué tal que no llegara a trabajar el gerente, ¿pasaría algo?, ¿y si no llegara el dueño?… en todos los casos la respuesta es la misma: ¡no pasaría nada!

Ahora bien, ¿qué pasaría si hoy renuncia tu mano derecha en tu negocio?…  Lo que sucedería es que tú tendrías que ponerte a hacer su trabajo (además del tuyo) hasta que logres contratar a alguien más (ojalá te salga bueno), le enseñes lo que tiene que hacer y después de 6 meses, cuando ya estaba logrando hacer las cosas como se debe, se te vuelve a ir y es un ciclo que no termina nunca, ¿no es así?

Esto sucede fundamentalmente porque las empresas que no dependen de un dueño para funcionar bien, trabajan en base a sistemas y procedimientos claros y simples, mientras que tu negocio actualmente trabaja en base a la experiencia de las personas y esta forma de trabajo es sumamente lenta, cara y riesgosa.